impermanencia

La impermanencia se ha hecho un tema más que de platica cotidiana de estos días, una realidad e imposición de la vida. Nos hemos estado encontrando con más que pistas, más que detalles, con tremendos sucesos que hacen voltear la vista al pasado y pensar en el futuro. Recalcar que nada es para siempre, y menos nadie, es un ejercicio continuo, doloroso, liberador, casi imposible, algunas veces siento que es superficial... digo, no es sencillo entenderlo desde las entrañas, sentir cómo cada célula muere y que ya no eres la que naciste, y que no serás la que morirá, y que aún así existes. El apego a las cosas nos mantiene en un estado de irrealidad, de constante deseo de acumulación, de atesoramiento, superficialidad. Pero el apego a las personas, al cariño, al odio, a todos los sentimientos que nos provocan los seres que nos rodean es aún más complicado, lo hace más dificil pensar y comprender que un día dejará de hacernos sentir igual, que tal vez no volvamos a verlos, que simplemente formamos parte de un ciclo del universo, que no podemos permanecer por siempre... es casi dejar de ser humanos, y al mismo tiempo comenzar a serlo. He estado tratando de olvidar, pero comienzo a entender que no se trata de eso, hay que guardar todos los recuerdos, las cicatrices, los moretones, los obsequios, las sonrisas, los aromas, los colores, los besos, los abrazos, las miradas, las lágrimas, hasta el último y más pequeño detalle hay que guardar, tenerlo y no atesorarlo, solo aprender, entender, comprender y llevarlo como la identidad que te forma. Hoy soy toda mi historia, pero no tengo miedo a cambiar, me gusta, pero no por eso siempre será igual, el universo sigue volando y espero un buen dia volver a él, quiero ser de nuevo un quark sin rumbo...