....Hace tiempo que no vengo a visitarte, hace tanto que no te veo... sin embargo, todos los días pienso en ti. En diversos contextos y momentos, largos o fugaces, pero no hay día que no te presentes en mis ideas.
Resulta difícil aceptar tan seriamente que desearía que estuvieras aquí mismo, aqui y ahora conmigo. Te preguntarás por qué eso es difícil o serio... bueno, porque nunca te dije que te amo. Siempre te amé profundamente pero siempre creí ser poco para ti. Me duele admitirlo, sobretodo, lo cobarde que sigo siendo......
Estoy perdida en el encuentro de tu sonido, ausente de mi pero presente en tu mente, quiero estar ahí conmigo y contigo. quiero que seas tu quien me mira profundo a los ojos, quiero que seas yo y yo, tu. Te amo desde el primer instante.
Se desdibuja el cuarto, al fondo las escaleras que llevan a la unica puerta en la habitación, parecen derretirse. La cama se hunde, se funden las patas con el piso y el colchón se convierte en un agujero negro. La luz multicolor de la computadora que está en el escritorio alumbra intensamente todo el espacio, pero en el fondo aún hay oscuridad. Hay una ventana en el otro extremo que se está expandiendo sobre la pared, dejando entrar la noche al cuarto. Cuándo casi desaparece por completo el muro, cuándo la escalera es una cascada, cuándo la cama se está tragando el comedor con todo y sillas... del centro del espacio se levanta con lentitud, pasmosamente, casi indiferente a lo que está sucediendo, la ropa sucia. La bola de ropa acumulada de 21 días toma forma antropomórfica y se desplaza a la ventana y cierra una graaaaaaaaan cortina para cubrirla, luego se arrastra y se vuelve a levantar para tender la cama con un solo movimiento de las pesadas cobijas tiradas en el piso. La procrastinación se desplaza hacia las escaleras dando un par de pasos laaaaargos y lentos, abrela boca muy grande y bebe toda la cascada hasta la ùltima gota.
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