
hojas lentas
cobijas necias
de panza al suelo
y los trazos humedos
una lancha pequeña, para que quepan tus sueños necesitaría todo el canal, pero con esta pequeña nos fuimos tuyos y regresamos siendo de todos. El principal siempre arriba de los que producen los verdaderos colores, muy alucivos los canales, los invernaderos llenos de ilusiones cortas, de largas esperas, de pólen y botones. El principal, a donde llegan los ajenos, los desconocidos, los que no conocen las entrañas pero prefieren vivir creyendo que han llegado siempre al fondo, hablaba, vociferaba de sociedades moribundas, enfermas de egoismo, donde el amor se nos volvió un producto.
Yo te lo regalo, por sentir una vez mas a tu lado la respiración del tiempo, sostenido en nostalgicas imagenes, por vivirlo de nuevo aunque sea solo con tu recuerdo, te regalo mi amor.
Construimos pasajes entre los mundos, nos hicimos de los que estaban abandonados, robamos locura y nos contagiamos de impermanencia, no hubo instantes ni eternidades, el tiempo se sentó a nuestro lado a compartir el silenciado universo, la quietud de las algas suspendidas, a contemplar su ausencia. Sobre la lancha pequeña. Colores, sabores, olores, sensaciones eran todas una misma, se hizo sentimiento y sensacion uno solo, te senti aqua, tan tu, te conozco tan poco y lo sé todo por el sabor de tus ideas. Me tocaste, me llevaste a lo profundo e inexplorable de la frustración. Aun estamos allá, nunca es siempre y siempre es siempre, continuamos en la lancha pequeña, porque allí no hubo espacio, no hubo tiempo, continuamos entre callejas, calles y callejones para manatíes, aun estamos, estaremos. Los fantamas son eventos que nunca terminan, porque con ellos se sentó el tiempo a compartir la eternidad.