domingo, mayo 30, 2010

Último piso

No existe nada tan verdadero como la soledad.

No existo ante tanta bastedad, en mi cuarto, aumenta el nivel del mar. Las palabras agobiantes de martirios absurdos rondan la escalera, el caracol que te lleva al último piso. No pienso dejarles entrar, aquí solo cabemos nosotras dos.

Se inunda el agujero de mi bolsillo izquierdo con las aventuras from muy reckless mind. El derecho siempre humedecido por el sudor de la mano, que a tientas llega a tocar la puerta del vagabundo.

-Qué el bienestar se quedó a cenar, quizá vuelva mañana.

2 comentarios:

Karla dijo...

y ya que lo convenciste, aunque sea haga tanto del rogar, que se quede a dormir y traiga su cepillo de dientes y lo deje. El shampoo siempre se puede compartir...

s4nt0 dijo...

Autz!! como has estado? ya dejate ver!!

Libélulas tornasol

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